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CON HONOR Y LAS BOTAS PUESTAS. LA PRIMERA AVENTURA INTERNACIONAL



El equipo de la ciudad se despidió de la Copa Libertadores pero puso su nombre en el continente. El Matecaña llegó como espectador y terminó siendo protagonista, le jugó de tú a tú a históricos como Colo Colo y Boca Juniors, llenó los estadios con el color de su hinchada y cerró unas cuantas bocas del periodismo nacional, que desde el día que ganó su estrella no han hecho más que desprestigiarlo.

Unos pocos se quieren burlar, pero la hinchada Matecaña está feliz, quizás un pequeño vacío de lo que pudo ser y no fue, pero con la satisfacción de haber soñado, reído y viajado con el equipo de sus amores no se las quita nadie.

 El equipo que vieron perder tres ascensos seguidos, el equipo que vieron último en la B, el mismo que estuvo un año sin conocer la victoria, estuvo a punto de vencer a Boca Juniors en la Bombonera. La hinchada, esa hinchada que cantó el himno de su ciudad a capella durante cinco partidos, esa hinchada que copó todas las tribunas que le asignaron en Argentina, Venezuela, Chile, Ecuador y Brasil, esa hinchad que pasó de llenar el Ciro López de Popayán a llenar el Atahualpa de Quito, no tiene nada de qué quejarse.

El fútbol mueve los sentimientos más hermosos y profundos, como si fuera un dogma terrenal, y vivir tantas alegrías con el equipo de la ciudad que vio nacer los pereiranos, tiene un significado especial, los pereiranos disfrutaron su primera aventura internacional, con su identidad, con su sangre, con sus colores y su propia historia; sin triunfos ajenos de otras regiones.

Solo queda decir gracias; gracias jugadores, gracias hinchada, gracias a Dios o el Universo y claro, al antioqueño más pereirano. Don Alejandro Restrepo Mazo.

A la nueva directiva solo queda pedirle inversión, que el dinero ganado en esta Libertadores 2023 se refleje en los resultados y la hinchada Matecaña se pueda dedicar a recorrer Sudamérica.
 

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