Por: Vanessa Parra Jaramillo
Nacido en New York y con una trayectoria que duró menos de 15 años, Frankie Lymon conquistó el corazón de los amantes del Rhythm and Blues, del Rock and Roll y del Swing con canciones que han sido interpretadas por grandes exponentes de estos géneros a lo largo de la historia.
Lymon comenzó su trayectoria musical a los 12 años uniéndose a un amigo para crear su primera banda The Ermines and The Premiers y años después se uniría a otras de renombre como The Teenagers; fue con esta banda con la que finalizó su carrera en compañía para comenzar en 1957 en solitario.
Este joven artista no solo dejó un legado musical que se ha mantenido en la historia, también fue la imagen que alentó a muchos otros exponentes del R&B para que este género se perpetuara y viera nacer a grandes estrellas con el pasar del tiempo.
Fue tal el legado de Lymon en su corta vida, que incluso ahora disfrutamos de sus clásicos sin saber realmente que fueron compuestos o interpretados inicialmente por él. Es el caso de la canción Little Bitty Pretty One, más conocida como la canción de la escena de la película Matilda, cuando ella aprende a controlar sus superpoderes y hace una danza con los objetos de la sala de su casa cual maestra de orquesta.
Aunque en la película los arreglos de la canción la hicieron más chispeante, con los años se haría creencia popular que la versión original sería de Thurston Harris, dejando el nombre de Lymon casi en el anonimato; pero por fortuna, para todos los que vimos Matilda, esa canción divertida fue una sabia elección para la escena y para que las nuevas generaciones conozcan el legado de un artista que con solo 25 años de vida dejaría el aporte más acorde para el soundtrack de una memorable película hollywoodense.
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